Queridos lectores, he de comentarles que esta reseña está incompleta debido a mi impuntualidad, una enorme disculpa a los lectores que ya estaban inmersos en la actividad, pero la lluvia y otras cosas me pusieron algunas piedritas en el camino.
En fin, después de ese lapus, por fin logré incorporarme. Nuestra querida Elanor, daba continuidad a la lectura de “Sobre los cuentos de hadas”; exactamente en el apartado donde se habla de los niños, esos seres que están comúnmente relacionados con temas de cuentos de hadas, pero (según palabras del maestro) “la asociación de niños y cuentos de hadas es un accidente de nuestra historia doméstica”.
Cuestionamientos que hacen los niños respecto a la fantasía: ¿Es eso verdad?, ¿era bueno o era malo?, hacen pensar que tanto adultos como niños pueden tener una respuesta tan distintas e iguales a la vez. Todos, en algún momento de nuestra vida, nos topamos con cuentos e historias de seres fantásticos y unos los adoptaron y amaron y otros simplemente los olvidaron porque decidieron que era tiempo de crecer y dejarlos ir. Por lo menos, en mi experiencia, aún sigo creyendo en las hadas, dragones, magos, príncipes, tal vez no he visto alguno, pero nadie me quita la ilusión de imaginarlos de diferentes formas, tamaños y colores.
No quiero decir que todos los niños y adultos crean en ello, es más Tolkien mismo decía en su ensayo lo siguiente: “Yo no sentí ganas de tener sueños ni aventuras como los de Alicia, y sus pormenores no pasaban de distraerme. Sentí pocas ganas de buscar tesoros escondidos o de luchar contra los piratas y La isla del tesoro me dejaba frío. Prefería los Pieles Rojas (…). Pero aún me gustaba más el país de Merlín y Arturo …”.
Lo anterior, me hace pensar que fantasía es algo más grande de lo que hasta ahora, había creído y que aun cuando me considero un adulto, sigo siendo la misma soñadora de ayer, quien no dejará de creer en mundos alternos.
Y después de esta pequeña reflexión, regreso a la dinámica de la lectura, donde les comentaba que Tolkien retoma los valores de los cuentos de hadas: fantasía, renovación, evasión y consuelo.
Y como el tiempo es nuestro peor enemigo en esta actividad, sólo leímos el valor fantasía. En el cual, se hace ver que el hombre tiene la capacidad de formar imágenes de cosas inexistentes, y a esta facultad se le llama imaginación. Misma que es el eslabón “operacional” entre el Arte y la Subcreación. Este punto me fue difícil digerirlo, ya que el Profesor comenta que la fantasía debe reservarse para el campo de la palabra, descartando la pintura, teatro y sobre todo el cine.
¿Y ahora cómo deshecho todo lo que creí que era fantasía?
Finalmente, al terminar la sesión de lectura, se expusieron muchos puntos. Los cuales, comentaré en breve.
1 comentario:
¡Gracias por la reseña Bayita!
Solo quiero agregar que por votación se decidió que en la proxima lectura terminaremos de leer "Sobre los cuentos de hadas" y comenzaremos a leer un libro de Terry Pratchett (aún está por confirmar cuál).
Namarië
Elanor
Publicar un comentario