A unos días de haberse concluído la celebración del Concilio 2009, puedo decir que aún me encuentro cansada, satisfecha, agradecida y sobre todo bendecida por haber tomado la mejor decisión: asistir al festejo más esperado del año por los tolkiendili.
¿Por qué lo digo así? Sencillamente porque desde marzo de 2009, donde se anunció cómo sería este festejo, yo no estaba entusiasmada con la propuesta y así lo hice ver a la Asamblea de asociados. Sí me vieron como bicho raro, y tal vez lo sea.
¿El motivo? Le tengo sumo respeto a la madre naturaleza y a pesar de ser Hija del Río, definitivamente no me llevo bien con ella. La parte citadina de mi persona me impide convivir sanamente con ella y tengo la seguridad que es tan traviesa conmigo que me hace sufrir por todos los medios.
En fin, después de tanto meditarlo y al no tener nada que hacer ese fin de semana, pagué mi entrada con conocimiento de causa: pagado el evento, no habría devoluciones =(
Se acercaba la fecha y el maldito virus de la gripa se adueñaba de mi ser. ¡Mocos! sí, mocos, estornudos, dolor de cabeza, cuerpo cortado, voz aguardientosa... todos los malos síntomas que me indicaban que no sobreviviría viva en el bosque. ¿Qué hacer? ¿faltar y perder el dinero? en esta época de crisis eso es darse un lujo que no podía permitirme (mis deudas me lo hicieron ver claramente).
Jueves 3. Decidida a asistir al Concilio, hacía los preparativos de mi maleta: cobija, tres suéteres, gorra de lana, bolsa de dormir, pandero, cancionero, papel sanitario...) ¡Lista la maleta! y ahora... ¿qué seguía? ah! sí! ¿cómo llego al méndigo parque? Revisé la lista tolkiendili y no había indicaciones. Sin embargo, unos días antes Mariano me había propuesto ser su compañera de viaje, lo cuál me tenía sumamente entusiasmada, pues no tendría que madrugar para asistir a la cita de las 7:30 en metro Cuatro Caminos, sino, salir de la ciudad a eso de las 9:00am. Por lo que cerré el día y me fui a dormir.
Viernes 4. Fin de semana laboral, ¡no saben lo rico que es ese día! Twittee un buen rato, trabajé, (aunque lo duden) y me preparé para ir a casita a comer y prepararme mentalmente para el largo, cansado y lleno de actividades fin de semana que me esperaba: Concilio al aire libre. Por otro lado, cabe aclarar que durante todo el día traté de comunicarme con Mariano y al parecer fueron nulos mis esfuerzos, pues dieron las 17:30 y hasta ese momento pudimos confirmar el viajar juntos (¡Bendito Eru! aseguré mi llegada al Concilio).
Bueno, hasta aquí la primera parte de mi particular reseña. ¡Ojo! no estoy narrando lo que vivieron todos, es MI experiencia así que cualquier parecido con la realidad, pues ¡qué casualidad diría yo!
¿Por qué lo digo así? Sencillamente porque desde marzo de 2009, donde se anunció cómo sería este festejo, yo no estaba entusiasmada con la propuesta y así lo hice ver a la Asamblea de asociados. Sí me vieron como bicho raro, y tal vez lo sea.
¿El motivo? Le tengo sumo respeto a la madre naturaleza y a pesar de ser Hija del Río, definitivamente no me llevo bien con ella. La parte citadina de mi persona me impide convivir sanamente con ella y tengo la seguridad que es tan traviesa conmigo que me hace sufrir por todos los medios.
En fin, después de tanto meditarlo y al no tener nada que hacer ese fin de semana, pagué mi entrada con conocimiento de causa: pagado el evento, no habría devoluciones =(
Se acercaba la fecha y el maldito virus de la gripa se adueñaba de mi ser. ¡Mocos! sí, mocos, estornudos, dolor de cabeza, cuerpo cortado, voz aguardientosa... todos los malos síntomas que me indicaban que no sobreviviría viva en el bosque. ¿Qué hacer? ¿faltar y perder el dinero? en esta época de crisis eso es darse un lujo que no podía permitirme (mis deudas me lo hicieron ver claramente).
Jueves 3. Decidida a asistir al Concilio, hacía los preparativos de mi maleta: cobija, tres suéteres, gorra de lana, bolsa de dormir, pandero, cancionero, papel sanitario...) ¡Lista la maleta! y ahora... ¿qué seguía? ah! sí! ¿cómo llego al méndigo parque? Revisé la lista tolkiendili y no había indicaciones. Sin embargo, unos días antes Mariano me había propuesto ser su compañera de viaje, lo cuál me tenía sumamente entusiasmada, pues no tendría que madrugar para asistir a la cita de las 7:30 en metro Cuatro Caminos, sino, salir de la ciudad a eso de las 9:00am. Por lo que cerré el día y me fui a dormir.
Viernes 4. Fin de semana laboral, ¡no saben lo rico que es ese día! Twittee un buen rato, trabajé, (aunque lo duden) y me preparé para ir a casita a comer y prepararme mentalmente para el largo, cansado y lleno de actividades fin de semana que me esperaba: Concilio al aire libre. Por otro lado, cabe aclarar que durante todo el día traté de comunicarme con Mariano y al parecer fueron nulos mis esfuerzos, pues dieron las 17:30 y hasta ese momento pudimos confirmar el viajar juntos (¡Bendito Eru! aseguré mi llegada al Concilio).
Bueno, hasta aquí la primera parte de mi particular reseña. ¡Ojo! no estoy narrando lo que vivieron todos, es MI experiencia así que cualquier parecido con la realidad, pues ¡qué casualidad diría yo!
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