Baya de Oro cantaba en el río
sin percatarse de lo sucedido
pues la flaca quería un amorío
con el alegre de su marido
¡Ay canija! gritó la Baya
y el Hombre Sauce la correteaba
"No te equivoques querida Baya
no es tu marido lo que deseaba"
"Quiero la pluma de su sombrero
para brillar este día de muertos
y conseguir un buen compañero
que me lleve al altar, pero de los muertos"
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